LOS COMIENZOS DEL CINE



        Se puede decir que Edison fue uno de los inventores del cine. Su contribución fue la invención de un aparato llamado kinetoscopio, a finales de la década de 1880, cuya etimología resulta de combinar las palabras griegas kineto ("movimiento") y scopos ("ver"). En un principio, fue un sistema individual de visualización.


    En cuanto a su funcionamiento era un dispositivo diseñado con cilindros rotativos que permitía proyectar animaciones muy cortas por las estrechas dimensiones del cilindro. Si bien no era una idea novedosa, pues con anterioridad muchos inventores habían intentado presentar fotografías en movimiento, lo que lo hizo particularmente novedoso fue el sistema giratorio. 

    De hecho, la película se mantenía en movimiento giratorio continuo, y pasaba ante una lámpara eléctrica y por debajo de un cristal amplificador colocado en la parte superior de la caja. Entre esta lámpara y la película se encontraba un obturador de disco rotatorio, el cual estaba perforado con una abertura muy precisa, que iluminaba cada fotograma tan brevemente que congelaba el movimiento de la película, generándose unas 40 imágenes por segundo.


    A pesar de lo popular que se volvió en su época, no fue totalmente aceptado por el público y sucumbió frente al cinematógrafo, el cual fue presentado por los hermanos Lumière



    El 22 de marzo de 1895, en los locales de la parisina Sociedad de Fomento de la Industria Nacional, los hermanos Louis y Auguste Lumière hicieron el primer pase privado de su cinematógrafo. Este aparato revolucionó el panorama de la proyección de imágenes dando origen a la moderna industria cinematográfica. En aquella primera demostración de su invento, proyectaron la que suele considerarse como primera película de la historia, La sortie des ouvriers des usines Lumière à Lyon ("La salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon").


    El carácter documental de esta breve película es bastante relativo, ya que los hermanos filmaron por lo menos tres versiones distintas antes de darse por satisfechos, y no dudaron en dirigir a sus figurantes, exigiéndoles que no miraran a la cámara. Terminaron escogiendo la única en la que se observaba a esa masa abriendo y cerrando la puerta, incluyendo así un principio y final a su relato. Por tanto, podemos afirmar que el cinematógrafo dejaba de ser pura tecnología para convertirse también en narración. Comenzaba la historia del cine.
           
        










Comentarios

Entradas populares de este blog